L' anima sparita

L' anima sparita

miércoles, 28 de marzo de 2012

Una

Tal vez las palabras hoy no sean más que palabras. Puede ser que hoy, después de dos meses y un día el mundo no entienda por qué digo que te amo siendo tan poco el tiempo a tu lado. Olvidan la frase de Einstein con respecto a la relatividad del mismo... Y aunque no lo dijera con esa finalidad, no puedo sino aceptar que tenía razón y que para mí, estos dos meses han sido suficientes para darme cuenta de que no sólo quiero que seas parte de mi vida, sino que seas la razón por la que me siento viva, por la que me sienta viva día tras día. Quiero saberme segura a tu lado y quiero que sepas que siempre seré tu refugio cuando necesites escapar del mundo que puede ser, entre otras cosas, un poco cruel. Totalmente despiadado...

Tengo bien sabido que el amor es algo que se siembra y se cuida todos los días, que requiere cuidados y cariño continuo. Tengo muy presente y muy seguro que quiero cosechar contigo esos dulces frutos de la paciencia, del cariño, de la solidaridad, del respeto y del amor más puro.

Serán dos meses, pero yo quiero que se multipliquen de aquí a ese "para siempre" que nos dijimos un día, quiero que sean muchos "dos meses" que cumplamos durante esta larga vida que quiero compartir contigo, que quiero vivir contigo, que quiero hacer para ti y en ti. Quiero vivir en ti...

Te amo y te lo digo bajito o te lo digo gritándolo al viento, porque estoy decidida que eres tú a quien quiero cerca de mí, con quien quiero estar, a quien quiero hacer feliz y abrazar y besar hasta que el peso de los años me cierre los párpados.

Quiero ser de ti, quiero ser para ti, quiero vivir en ti y soñar contigo. Quiero ser una contigo, quiero estar contigo, ser una... y quedarme así, en silencio... entre tus brazos...

jueves, 22 de marzo de 2012

Hilos rojos

En un cajón como la mayor vergüenza, como el más ínfimo y procaz delirio, como el secreto más punible o la catarsis más despreciable, enferma, soez. En un cajón yace un pequeño trozo de afilado metal que se culpa un poco cada día por cortar de tajo las emociones de un ser humano perturbado y al mismo tiempo, se regocija al cambiar sus vestiduras del plateado oxidado que le cobija en noches y días a un rojo granate, ese rojo que vibra en su arista al punzar sobre la blanda piel, se regocija porque sabe que, a pesar del dolor que pudiera causar, es capaz de entregar tranquilidad a alguien cuyas memorias, recuerdos y males abordan sin decir media palabra y la hunden en un mar de dudas, de inseguridades. Un mar que hacía mucho tiempo no pisaba porque sabía que sus aguas eran turbias, sus arenas, movedizas y su suelo, inestable.

Es así como este pequeño secreto, este injurioso artilugio se baña en un vestido de finos, finísimos hilos de seda rojos que se entrelazan con su fría y metálica superficie, entramada la seda con el metal se hacen un sólo dolor, un sólo ardor que se pierde entre lágrimas, entre blasfemias, entre horas y eternidades. Un dolor que, si bien no desaparece, al menos sí termina lavado en endorfinas que adormecen hasta al más agudo de los males, hasta a la más triste de las tristezas...



sábado, 17 de marzo de 2012

Quizás

Quizás te he dicho mil veces que te amo, quizás me falten otras mil, otras mil millones de veces, otros mil millones de días para demostrártelo. Quizás algunas veces callo lo que mi alma siente y quizás no siempre creas en mis palabras, en el amor que te tengo, pero de algo que no dudo es de la felicidad que trae tu vida a mi existencia, de la sonrisa cristalina que me entregas, de la mirada enamorada que se me rebela cuando pienso en ti.

Quizás parezca exagerado decir que te pienso diario y a toda hora, quizás creas que soy una cursilería andante sólo por ponerme a escribir palabras que lo único que les falta es una abeja rondando, pues es pura miel. Quizás carezca de vocabulario para expresar todo lo que me haces sentir cuando me llamas, cuando me miras, cuando me besas. Quizás no seas consciente de la magia que develas con tu presencia o la obscuridad en la que suelo sumergirme cuando no estás.

Quizás nunca sea suficiente decirte a besos, susurrarte con caricias o cantarte con palabras todo lo que significas para mí, quizás me falte mucho para que te des cuenta de lo mucho que te amo, lo mucho que me importas, lo mucho que me encanta estar contigo y lo feliz y plena que me siento a tu lado. Quizás no sea capaz de dar un discurso mañana con las palabras más hermosas que existan en el diccionario, pero de algo de lo que no me atrevo a dudar es de mi capacidad para demostrártelo con actitudes, con estar a tu lado con soles resplandecientes o tormentas implacables. Quizás no me quede mucho tiempo de vida, quizás me quede una eternidad y media, pero algo que sé, es que quiero estar contigo, quiero estar en tu vida y, sin duda, quiero que seas la razón por la que viva la mía.

sábado, 10 de marzo de 2012

You are the inspiration...

I'm defying all the natural forces, gravity and logical laws existing... I'm flying without wings, without wax and without feathers... I'm flying, but not like an airplane or as an helicopter would fly, no... I'm not flying like the birds and bats do. I'm flying higher and higher, I'm letting my soul reach my dreams, I'm letting myself be as free as it has never been before. I'm letting my heart separate from my entire body so that it can follow you... I'm letting my emotions flow like a river would do...

In my eyes, new illusions are rising, just the way the sun comes up every morning, my spirit has new and better reasons to wake me up, to make me walk, to think of you... My eyes are the reflection of my happiness, of my joy and surprise since you came into my life.

In my smile, there's a glow of hope and peace, my smile tells everyone about you without saying a word, without even pronouncing the 4 vowels and 4 consonants that spell your name. I don't need to explain anything, because my body language tells everything anyone should know.

Every day, a new beginning; every beginning, a renewed love that grows and blows my mind away; every renewed love to kiss you... and every kiss to please you.

Lo que no es

Es tan perfecta. En su perfección es perfecta y en su imperfección también. Su par de ojos castaños son tan perfectamente desiguales que cada uno sabe una historia que complementa la del otro. Han percibido de maneras tan distintas el horizonte que, uno ve un árbol y el otro sólo lo ve de reojo, pues el espacio que ocupa su pequeña nariz les impide complicidad en lo que observan.

Sus labios, los hermosos labios que amo besar, los labios que añoro tocar con la punta de mi lengua enamorada son todos los días diferentes. Un día son suaves y carnosos y al otro día, sin decirme nada, se vuelven suaves y carnosos y al día que le sigue, invariablemente cambian y se vuelven suaves y carnosos. Como si desearan que adivinase su posible transformación. Siempre suaves y siempre carnosos y a la vez, tan nuevos, tan suaves y carnosos como jamás lo habían sido. Sus labios cambian de un día a otro y, aunque pareciera que he repetido la frase muchas veces, la verdad es que jamás sus labios son como lo fueron el día anterior, jamás sus labios son iguales a los del beso anterior siquiera. A cada instante se renuevan ante mis ojos, ante mis labios, ante mis deseos...

No sé si el mundo lo sepa, pero tiene más de mil manos. Unas las ocupa para jugar con su hijo- perro, otras las usa para comer, otras más las usa para escribir en la computadora... Y ni hablar de las manos que usa para tocar mi rostro o aquellas otras que utiliza para acariciar mi espalda. Cada par de manos tiene un uso exclusivo, un tacto distinto. Es difícil pensar que se pueden amar las mil manos que tiene, pero las amo a todas por igual, porque cada par tiene habilidades distintas, cada cual tiene un poder distinto. Porque si me tocara con las manos con las que juega con su hijo- perro, seguro serían cariñosas, pero no tan cariñosas como aquellas que hacen que mi espalda se arquee y mi piel se erice.

Tal vez jamás se ha dado cuenta el mundo de la colección de voces que tiene y las ocupa todas. Desde la despreocupada hasta la melosa, pasando por la cariñosa o la fraternal. Tiene mil voces, mil tonos distintos y miles de colores para conjugarlos. Sus voces cambian como cambia la vida a cada segundo y sin duda, amo cada una de sus voces, sus entonaciones y sus colores.

Amo cada parte finita de su ser y amo lo que es y lo que no es. Amo su pálida piel y amo también la sonrisa de margarita que tiene. Amo su mirada y sus doscientos años alrededor del sol. Amo sus esfuerzos por terminar la tesis y amo también su amor por las aves... Amo lo que es y lo que no es. Porque sé que no tiene una sonrisa de margarita, ni doscientos años alrededor del sol y mucho menos, ama las aves, pero la amo por ser aquello que no es... pero sobre todo, la amo por ser quien es.

miércoles, 7 de marzo de 2012

El amor es azul

El amor es azul, me queda claro. El amor es azul porque es el color del cielo, del agua cristalina. El amor es azul porque azules son las noches en las que sueño contigo, tan azules como mis deseos de estar para ti siempre que me necesites, siempre que me pienses, siempre que digas mi nombre.

El amor es azul como el cristal del jarrón de tu casa, tan azul como la cama de tu hijo, que ahora es mío también. Azul es tu nombre, tu aura, tu luz. Sólo sé que el amor es azul porque azules son las promesas que tengo a futuro contigo, porque azules son las verdades, los placeres, las caricias, los recuerdos y los besos que me regalas.

No tengo duda alguna de que el amor es azul. Sobre todo porque azul es el color del oleaje de tu mirar, tan tranquilo y constante. Azul es el amor porque me lo dicen tus labios a besos, me lo gritan tus manos en mi espalda.

El amor no puede ser sino azul, porque azules son las respuestas a nuestras diferencias, a nuestras divergencias, tan azules como la alegría que siento al escuchar tu voz, al pensar tu nombre, al sentir tu aliento.

El amor es azul, porque es como yo lo siento y como lo vivo; el amor es azul porque es el color perfecto para definirlo, porque es el color que me hace más feliz, que me llena de paz, de alegría y porque el azul es el color que me recuerda a ti.

jueves, 1 de marzo de 2012

Tiempo

Se ha detenido el tiempo aunque mi reloj aún cuente los segundos. ¿Por qué siento que el mundo se ha detenido? ¿Será que he vuelto a mirar tu sonrisa entre un parpadeo y otro? Puede ser que haya visto tus ojos dibujados en el cielo o tal vez imaginé tus labios en mi cuello. Has hecho que el tiempo se detuviera y mi mente se agita como se agitan las alas del colibrí que liba gustoso el almíbar de las flores.

El tiempo se ha puesto pausa y mientras tanto, imagino mis manos recorriendo tu espalda y mis labios reconociendo tu cara, mis ojos dibujando tu mirada, mi cuerpo aprendiéndose de memoria el tuyo, cual niño ferviente aprende el Padre Nuestro arrodillado junto a su cama. Así de ferviente soy cuando pienso en ti, cuando estoy contigo.

Mis horas ya no corren, mis minutos se han vuelto eternos, tan eternos como ese para siempre que deseo vivir contigo, tan eterno como el brillo de tus ojos o tan constante como mis deseos de estar contigo a cada instante. Tan eterno como el ensueño que me abraza prometiéndome el hechizo que hará que desees quedarte a mi lado lo que nos reste de vida.

El tic tac dejó de sonar, aunque tal vez sea yo quien ya no lo percibe por perderme en tus ojos, en tu voz. Tu voz me ha hechizado y tu mirada me tiene encandilada, embelesada. Estoy tan perdidamente enamorada del color de tu alegría de vivir, de tu forma de reír, de tu silueta, de tu voz que es poesía. Me has atrapado con esa forma tan particular que tienes de ser tú misma; sin duda ser única y perfecta es lo que te sale mejor.

Mi reloj sigue contando el tiempo, pero yo quisiera hacerlo eterno para vivirlo contigo.

Caducidad

A ti, que aún dices leerme:
Las hojas de los árboles caen medio marchitas al pavimento que el viento se lleva. Nadie las extrañará porque llegarán otras a cubrir las ramas del viejo árbol en la esquina de la calle de tu casa. Si acaso un niño, tal vez tu hermana, se regocije con el hermoso tesoro crocante de las hojas secas sobre las cuales pudiera pararse y aplastarlas con sus pequeños pies y disfrutar su crujir, dejando paso a las moronitas de hoja sobre el asfalto.

Debo tirar las latas de verduras en conserva de la casa, están infladas, como si cualquier día fueran a reventar ensuciándolo todo. No, no quiero tener que escombrarlo todo para limpiar la alacena, mejor las tiro de una vez antes de que otra cosa suceda; antes de que mi madre las abra y las comparta por error, antes de que un día, en un ataque de depresión, las utilice como veneno y atente contra mi propia vida.

El otoño da la bienvenida al invierno y éste, al terminarse, abre paso a la primavera que todo lo que toca, lo llena de vida. Se abren los pétalos de los pequeños botones, los pastos crecen cada vez más verdes, la luz, el rocío matinal, los lirios, las rosas, las hojas, la brisa, las risas, el color y calor del sol. Todo comienza a despertar del letargo invernal al que había sido sometido, todo recobra movimiento, aroma, vida... Esa vida que creíamos perdida cuando comenzaron las heladas.

A veces me pregunto si la decisión de dejarte ir fue la correcta y mi mente siempre me dice "fue lo mejor que pudiste hacer por ambas". Te regalé mi cariño sin límites, te regalé mi amor, mi corazón entero, mi vida, mis sueños, mi alma. Te envolví en celofán de colores mi risa y mis palabras, le puse un enorme moño a mis pensamientos, a mis alegrías para vivirlas contigo y un millón de promesas para cumplirlas a tu lado... Te regalé mi amistad incondicional para siempre... Pero ese para siempre llegó a su fecha de caducidad cuando decidiste que lo mejor era alejarte.

Guardé todos los regalos en la alacena, junto a las latas de conserva y tanto las latas como las promesas y demás regalos, llegaron a la fecha en la que no pueden reutilizarse más. Prometí que estaría contigo siempre y así será, sólo que me quedaré contigo sólo como recuerdo, como experiencia, como lo que pudo ser y nunca fue. Como esa promesa sin cumplir, ese regalo sin abrir, esa eterna espera.

Te deseé lo mejor siempre y sigo deseando que toda tu vida esté llena de bendiciones. Hoy te cuento que mi vida va de maravilla, mejor que nunca. He encontrado en mí lo que jamás creí que encontraría: a mí misma; por si fuera poco, encontré a la mujer más maravillosa del mundo, me hace muy feliz haberla encontrado y debo agradecértelo totalmente, pues de no haberte alejado de mi vida, tal vez nunca hubiera encontrado la verdadera felicidad.

Como siempre, te agradezco que hayas estado el tiempo que te fue posible. Siempre te agradeceré que me hayas enseñado tantas cosas... Y me hayas ayudado a encontrar la verdadera felicidad al irte tú.