L' anima sparita

L' anima sparita

domingo, 20 de febrero de 2011

Te deseo

La obscuridad de la noche sorprendió de nueva cuenta a mis pupilas a la mitad de un sueño. Tengo tanto calor que mi frente está perlada con gotitas de sudor, la sábana no toca siquiera mi cuerpo, está tendida en el piso, cubriendo un cuerpo fantasma que muere de frío sobre las baldosas de mi habitación.

Mi respiración agitada delata los sueños recurrentes, un escalofrío con tu aliento recorre mi espalda: eres tú a quien sueño cada noche, eres tú quien me despierta en las madrugadas deseando tu presencia en mi cama, en mi piel,en mi vida, en mi alma. Eres tú quien agita mi corazón en sueños, quien me roba el aliento momentos antes de despertar y quien hace que ni el frío más brutal me afecte en absoluto.

Es cierto, deseo tus caderas bailando entre mis manos, tus ojos escudriñando mi alma, tus labios sofocando mi aliento, tus dientes arañando mis hombros, tus manos en mi espalda haciendo zurcos; es verdad, te deseo por cada milímetro cúbico de piel que tienes, por cada lunar y cada cicatriz. Es cierto que tengo sed de tu mirada y ansío el perfume de tu piel impregnando la mía. Si debo admitirlo, me declaro culpable de todos los cargos; sin embargo, mi declaración no termina ahí... Aún falta mucho por decir.

Si bien es cierto que muero de ganas por tu cuerpo incandescente, también es cierto que no es lo único que quiero... quiero más y siempre más de ti. Deseo con locura tus sueños, tus sonrisas, tus victorias y compartir contigo tus derrotas. Quiero ser esa mano que te levante y saber que soy el hombro donde se derramarán tus lágrimas; deseo tu aura, tu alma, tu esencia... deseo hacerme una contigo en un momento y en otro y hacerlo un hábito, de esos hábitos que corren el peligro de volverse vicios. Te deseo pero entera, deseo tus virtudes, tus defectos, tus errores, tus aciertos. Te deseo completa, sin miedos, sin trucos; te deseo en mi vida, te deseo desde la punta de tus pies hasta el extremo de tu mente; deseo tus secretos, deseo tus tormentos, deseo los pecados que en la vida confesarías... Te deseo a tí y sólo a tí, tal cual eres, sin máscaras, sin temores... Soy culpable... y no me arrepiento de desearte.