L' anima sparita

L' anima sparita

martes, 19 de julio de 2011

1. De la resistencia al cambio

Te amo y eso no ha cambiado, sigue tan vivo como el primer día que te lo dije, como el primer día que te vi, como el primer beso, como la primera caricia. Te amo, no me arrepiento, aunque duele extrañarte, no me arrepiento de sentir lo que siento por tí.

Te extraño y extraño aquellas conversaciones de mil horas donde no había silencios incómodos, donde siempre había un comentario agradable, donde un "te amo" se escabullía de mis labios para llegar a tu oído y recibir un "te amo" de vuelta... Te parecerá absurdo y me parece irrepsonsable aceptar que tienes razón, que cuando me conociste, era gris y después dejé de serlo y posteriormente, me volví tan gris como al inicio... es cierto, todo lo que dices es cierto, pero como lo había dicho antes, eres tú quien llenó mi vida de color... Hoy soy un manojo de emociones reprimidas, un vacío, una sombra, un recuerdo... Hoy no soy quien era ni quien desearía ser... En realidad, ya no quiero ser... ya no quiero estar tampoco...

Sé que suena dramático y tal vez así lo sea, tal vez no nací para el mundo real, sino para uno telenovelesco y fingido, para uno donde los buenos son siempre buenos y los malos son villanos hasta su muerte. Tal vez nací para esos amores de algodón de azúcar cubiertos de chocolate y bañados con chispitas de colores... Por desgracia, ese mundo no existe y por ende, yo tampoco debería estar aquí, destruyendo todo lo que toco... ¿Sabes? Siempre me sentí como Midas, sólo que en vez de lograr convertir todo en oro al tocarlo, lo vuelvo añicos, lo vuelvo mierda... ¿Tendré razón o será otro episodio de dramaturgia en mi vida?

Creo fielmente que hay que llorar con una razón específica, darle un significado a cada una de las lágrimas que derramamos... pero admito que las últimas veces que he llorado, lo he hecho sin razones para cada una de mis lágrimas... tal vez las esté malgastando pero... ¿quién no despilfarra un poco en su vida? Sé que ya no debería llorar, pero mi psique no deja de atormentarme... Ahora me pregunto por qué jamás le puse un alto a mi mente que siempre me carcome y me rompe.

No, no lloro por llorar así como no amo por amar. Que cada una de las lágrimas ya no la considere individual sino relacionada con muchas otras, no significa que llore sin razones... Y hablando de amor, amo porque no hay nada mejor que pudiera hacer por la maravillosa persona que eres, por todo lo que eres... Aunque me duela amarte de lejos, aunque me duela amarte con restricciones...

Te amo y eso no ha cambiado.