L' anima sparita

L' anima sparita

miércoles, 19 de enero de 2011

Si te digo que te quiero... Estoy mintiendo

Si te digo que te quiero y sonrío de la manera pícara como lo hago entre las sábanas, entre tus brazos y tus besos; te digo que estoy mintiendo.

Si te acaricio la cara y te beso los labios y te tomo la mano en la calle a obscuras y te vuelvo a besar, diciendo en un susurro te quiero... Créeme. Estoy mintiendo.

Si al enojarme contigo te miro con desprecio, se rebela una lágrima, te pido perdón y te digo que te quiero; debes tener por bien sabido que estoy mintiendo.

Si te regalo una mirada, una sonrisa, un beso, una caricia, un portazo o un balde de agua fría y después, una noche de besos de fuego y con voz entrecortada te digo que te quiero; de antemano sabes ya que estoy mintiendo...

Pero no miento porque quiera, sino porque mentirte hoy es la forma más sana de vivir; si te digo que te quiero es para que no huyas y pienses que muero por tí (aunque así sea). Si te digo te quiero es porque aún no tengo la licencia ni la cordura para decir esa otra frase que asusta a todos, excepto a los verdaderos amantes.

Te miento porque es la única forma en como he encontrado un poco de paz en mi interior, aunque te esté ocultando el fuego que quema mi alma, que brilla en mis ojos, que susurra en mi oído, que perfuma mis cabellos...

Te miento porque decir otra cosa, sería un pecado; te miento porque el no hacerlo, sería romper con un contrato tácito que tengo yo contigo y tú por mí; un contrato en el que aún creemos...

Te miento porque decir te amo aún me paraliza, a pesar de saber que estoy más cerca de esa premisa que de la anterior.

Sé que mi ser se ilumina al recordarte mirando mis ojos, mirando mi alma desnuda ante tus lindos ojos negros y es por eso, cariño (aunque no lo creas), que miento ante tí.

viernes, 7 de enero de 2011

... No aprendo

No aprendo a decir que sí cuando una respuesta positiva se espera de mí.
Aún no entiendo que debo sonreír de vuelta cuando me sonríen.
Todavía no me queda claro que no debería jugar con sentimientos ajenos... porque siempre termino inmiscuyendo los míos... fatales son los finales que me gusta escribir en mi diario de vida.

Después de tanto tiempo, sigo siendo tan estúpida, tan ingenua, tan descarada y desleal... incluso desleal a mis ideas, a mi alegría, a mi propio ser... Desleal a esta alma que desde hace mucho se fue y que nisiquiera por respeto al recuerdo le soy fiel...

Todavía no aprendo a besar sólo un par de labios, a desear sólo una piel y a amar un sólo corazón... aún no aprendo que mi mente no va con esta sociedad que asfixia y corrompe a la vez; que juzga y mata... que enferma... que llora y sufre por los mismos tormentos que ella misma ha causado...