L' anima sparita

L' anima sparita

domingo, 21 de noviembre de 2010

Que comience el juego

Que comience el juego de herirnos sin desearlo, de matarnos con besos ardientes y caricias que desmoronan la piel y el alma... Comencemos a jugar con fuego y veamos quién puede ser tragafuegos, quién un pirómano y quién es un simple impostor... Seguramente, terminaré siendo yo éste último.

Que comience el juego de decirnos "te deseo", "te quiero", "me gustas" donde las palabras se vacían cada vez más mientras se repiten una vez y otra más; donde las miradas furtivas y el amor se vayan apagando como el pabilo de una vela a punto de llegar a las reservas de cera...

Comencemos, pues, a herirnos, yo a ti, tú a mí y veamos quién sale vencedor y quién termina llorando penas y añorando una boca besando la propia. Comienza de una vez, la primera estocada te la regalo, la segunda y la tercera también, porque de cualquier manera, yo me he rendido y desde hoy, sé que ya he perdido.

Comienza pues a despedazar mi carne, mis huesos. Empieza de una maldita vez a destrozar mi armadura, mis sueños; pisa y quema el corazón aún palpitante en mi pecho y espera hasta que se haya consumido por completo para que no vuelva a latir de la forma en como latió sabiéndose tuyo.

Que comience el juego de reconstruirme y destruirme en recuerdos, deseos y en el hubiera que sólo existe como forma gramatical, no como peldaño para salir del pozo de pensamientos que me sofocan habiendo caído tan bajo...

Que comience el juego de hacerme la fuerte y no llorar tu ausencia, que comience el juego donde ni siquiera puedo recordar tu nombre o el fuego que tenían tus manos al rozar mi piel encendida. Empezaré cuanto antes el juego de dañarme y marchitarme con cada pensamiento de lo posible en un futuro imposible; empezaré a negarme la tristeza para renovarme y tenerte en mi mente como un bello recuerdo...

Que comience el juego, que ya no quiero pensar más en lo que pueda pasar ni en lo que deberé hacer para resarcir los daños causados por este desastre natural al que llamamos pasión... al que confundimos con amor y que terminan siendo uno solo.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Questioning myself

I'm still wondering why do I tend to believe in love... Is it even reasonable to believe in it? I guess it's not... At least, not the way I used to... at least, not today.

How can a comment turn into the worst weapon against someone you love? When did love turn into the need of changing someone to fit our interests, needs, likes and dislikes? When did love change its meaning into try to make your partner fit your personality? When did it happen? Why did I miss it...?

It's wonderful the way masks fall apart... Costumes come in different sizes, colours and shapes. I bought the most incredible and realistic wolf costume ever... You bought the best sheep costume... Now I wonder who's the sheep and who's the wolf. May be I fell in love with your costume, not with your true self... and viceversa...

Why is it so difficult to trust? I have never been able to answer the question, at least not properly. May be I've been hurt so many times that I'm a fragile porcelain doll: Don't touch it, it's been glued many times... Don't look at it... its tears might loosen the glue... Its destiny is to stare at the world on a shelf, in a showcase... but never touched... May be I'm just a bit too dramatic to think objectively and realise the truth in his words... May be I wasn't born to fall in love, may be I wasn't born to be loved either... Maybe... May be...

The game is over... I'm once and again into the real word, not the world of fantasy and love and happiness I used to live in... Here I am without a reason to smile, without a reason to feel beautiful... Here I am... unlovable again.