Devuélveme mi ojo de caballo,
mis puestas de sol tumbada en la playa.
Entrégame mis inviernos rodeados de montañas
y mis sonrisas ante las llamas de la fogata.
Dame los sueños que algún día te confesé,
mis más grandes miedos y tristezas.
Envuélveme los rosarios que recé en tu nombre,
las plegarias que elevé al cielo y dámelas de vuelta.
Me siento vacía, me siento insatisfecha,
me siento y siento que se me acaba la vida,
que se me acaba el aliento y las ganas de estar viva.
Encuentro en la nada todo lo que quiero,
y es entonces nada en lo que estoy destinada a convertirme.
Encuentro en mis sollozos tranquilidad,
pero nunca logro alcanzar la paz.
Devuélveme mi ojo de caballo,
devuélveme la vida entera.
Devuélveme a mí, sólo a mí,
lo que antes era, lo que siempre fui
(y que ya no soy más)
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